El Banco Mundial publicó su estudio del “Índice de Oportunidades Humanas para Colombia” en la que ubicó a Antioquia en el quinto puesto, por debajo de Bogotá, la región Oriental, la Central y el Valle (según el diario El Colombiano del 11 de febrero de 2014, página 11).
Reveló este estudio dos grandes problemas: la muerte materna, con énfasis en las adolescentes. Y el otro es la mortalidad por desnutrición, acentuada por la línea de pobreza, que de acuerdo al DANE, para zonas como la nuestra –como el corregimiento de San Antonio de Prado- se fija en $312.322 mensuales para un hogar de 4 personas.
De inmediato se hicieron sentir las respuestas: el gobierno anunció que incluirá en el POS (Plan Obligatorio de Salud) un micronutriente para menores de cinco años, y que es esencial para el ser humano: el zinc (periódico El Mundo, página 27 del 12-02-2014). Pero no será para todos, si no enfocado en la población infantil en alto riesgo de enfermedades gastrointestinales. O sea que la solución no es darles más alimentación, sino químicos. El problema se convierte en una oportunidad para los laboratorios y los burócratas.
Y para continuar con las soluciones que nos dan los laboratorios, para el embarazo adolescente nos proponen invertir anticonceptivos, como lo aconseja la periodista Ana Cristina Restrepo en su página de Opinión en el Colombiano del día de ayer miércoles 12 de febrero de 2014. Claro que eso no es nuevo en ella, puesto que meses atrás había anunciado con alegría la distribución gratuita de anticonceptivos porque ya estaban en el POS (El Colombiano página 23 del 14-08-2013).
La solución a los problemas no es entregarlos a otros, para nosotros desencartarnos de ellos. Porque a esos “otros” no les importa resolverlo sino hacer su negocio aprovechando la oportunidad.
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