lunes, 3 de junio de 2013

OTRAS VIOLENCIAS

Leí recientemente en un periódico dominical que Medellín está a la altura de los países Europeos en el porcentaje de trasplantes de órganos.
Sin embargo el médico –al cual le hicieron el reportaje- se lamentaba de que el número había rebajado a pesar del incremento de muertes por violencia y accidentes de tránsito. El problema radica en la mala publicidad que había recibido el asunto de los trasplantes por la presunta venta de órganos para extranjeros, como lo reportó un conocido periodista.
Pero al margen de esa discusión -que dejó a las clínicas sin materia prima para los trasplantes-, surge otro debate: y es que no se conocía abiertamente que un sector se beneficiara de la desgracia que trae la violencia y los accidentes de tránsito.
Pues ambos son eventos catastróficos que golpean a la juventud paisa –y sus familias-. Pero también están–o estaban- viviendo la etapa de la vida donde eran poseedores de unos órganos codiciados por su madurez estándar para todos los trasplantes de adultos. 
Agregaba el referido médico que no sólo había rebajado el número de trasplantes por la negativa de los familiares a donar órganos -debido a la mala publicidad-, sino que también había otros factores que influyeron en la rebaja de los “donantes”, como por ejemplo los éxitos en los pactos de paz y el respeto a las normas de tránsito. 
Todo ese razonamiento me pareció sorprendente, pero también comprendí porqué la paz podría tener enemigos, o porqué las multinacionales entregaban motos nuevas con la sola cédula y $3.000 diarios. O porqué las leyes son tan permisivas con unos y otros, etc.
Pero después me divertí con lo irónica que es la vida, pues caí en cuenta de algo que parecía desconocer aquel médico entrevistado por Q’Hubo: que el negocio de los trasplantes se lo quitaron a los hospitales –entonces fue un error que los mismos hospitales construyeran otros en Rionegro, cerca al aeropuerto y los extranjeros-; pues ya es un negocio exclusivo de las EPS (primer parágrafo del artículo 32 de la Ley 1438 de 2011 y artículos 37 y 38). Ese es uno de los motivos por los cuáles ahora cada EPS creó su propio hospital.

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