jueves, 31 de julio de 2008

…SE INTERRUMPE UN PROCESO…

Fabio se va (lo hechan las directivas Universitarias) del Consultorio que habíamos construído para defender a los pacientes...

Tal es el destino de los precursores. Tal es el destino de los fundadores y de los constructores. Así ha sido la historia humana. (…) Y en nuestro medio también ha sido así. Doña Luz Castro de Gutiérrez fue arrojada de la clínica que fundó.” decía el Maestro Héctor Abad Gómez, en su Manual de la Tolerancia, Capítulo XXI.

El Decano dice que no puede contradecir a su Vicedecano y a la Jefa del Departamento, y cada cual se excusa con estar cumpliendo órdenes o con la norma…así diluyen cada cual su responsabilidad sobre el asunto…¡Los amarían en Núremberg! Estoy seguro que Jaime no pasaría su propio cuestionario. Porque nadie es irreemplazable, como diría Elsa, ni ella misma, ni todos los que hay detrás de esta confabulación.

También dicen que no se puede contrariar la “norma” que exige el Posgrado. Deberían más bien de cuidarse de no contrariar la Constitución y los derechos laborales adquiridos (art. 53) porque no se puede Juzgar a alguien con una norma posterior a la obtención del derecho (art. 29), y el famoso “requisito” no existía al momento de la vinculación laboral de Fabio, que fue hace más de ocho años. Hoy, deberían esperar, siquiera, a que concluya el trabajo de grado del Posgrado que ya terminó. Si aplican la norma a todos, saldrían muchos, pero muchos profesores…y la fijación en uno sólo, puede parecer una persecución, un acoso…

Y la verdad es que Fabio incomoda, sobre todo porque su trabajo en “el Consultorio” lo ha llevado a proteger a los ciudadanos en todos los espacios posibles: en las calles, en los juzgados, ante las Instituciones, ante los medios de comunicación y en cualquier sitio donde pueda defender el derecho fundamental a la salud, no importando la autoridad que se pueda disgustar…Y esto no se perdona en nuestro medio, porque se entiende como querer “patear la lonchera”.

Aunque califiquen a Fabio de “insuficiente”, la verdad es que ninguna Universidad de Colombia enseña a defender el Derecho a la Salud, por eso no ha requerido de ningún Posgrado para proteger a los ciudadanos a lo largo de la vida del Consultorio. Por eso ni Jaime, ni Elsa, ni todos los demás (con todos sus cartones) podrían resolver los asuntos que llegan al Consultorio: ¡Ellos mismos han consultado: a Jaime le asesoró con los desplazados, a Martha se le ayudó en el asunto de sus padres, al igual que a Carlos, y a Lucía en su caso personal…etc.

Sólo se pierde un espacio, porque Fabio continúa en la Defensa del derecho a la Salud. Mientras estuvo al frente del Consultorio dio charlas en los barrios, dirigió el Periódico y el Suplemento U-235, escribió artículos, dio asesorías a Instituciones, creó ligas de usuarios, atendió Consultas de los ciudadanos, hizo ponencias, entre otras actividades, que algún “tecnoburócrata” ¿continuará?


Entre las personas que valoramos su trabajo, reunimos cerca de de mil firmas (entre profesores, alumnos y ciudadanos) que apoyan su gestión, pero no las consideraron. Fue una muestra de legitimidad social que envidiarían ellos…porque sus nombres los olvidaremos, pero el de Fabio perdurará.

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