martes, 17 de julio de 2007

LA OTRA IMPUNIDAD

La señora Nidia Tejada padecía cáncer, y como su EPS nunca le inició tratamiento alguno, decidió trasladarse. En su nueva EPS la atendieron hasta que el sistema la identificó como una paciente de alto costo, entonces la retiró con el pretexto que debía reiniciar el proceso de traslado. Lo cierto es que una vez otorgada la afiliación, el derecho a la salud se torna irrenunciable; pero antes de iniciar demanda alguna, Nidia murió.

En los registros forenses será una ‘muerte natural’...para las estadísticas Estatales una ‘muerte no violenta’...para las EPS será un trámite administrativo para archivar...mientras, los médicos corearán la retahíla “hicimos todo cuanto estuvo en nuestras manos”...y así todos diluirán su responsabilidad porque ‘sólo estábamos cumpliendo órdenes’. Y finalmente, a nadie le importará la muerte de la señora Nidia Tejada, porque ella era una ciudadana más, un civil, que tuvo la desgracia de no ser considerada un objetivo militar, porque de serlo, hubiera acaparado la atención de los medios, la iglesia, las ONG y hasta del mismo Estado. Y mientras estemos en medio de esta guerra ‘no declarada’, al Estado poco le importarán los dramas que impotentes soportamos los que ‘no somos objetivo militar’…lo mismo hace el resto de compatriotas, que en medio de este escenario bélico, fijan su atención –al igual que el Estado- en los desplazados, en los secuestrados, en los soldados y en los civiles heridos o muertos en ataques terroristas o en las tomas a los pueblos, o en las fosas paramilitares.

A pesar de no ser objetivo militar, es innegable que contra Nidia Tejada se ha ejercido una violencia, como sobre muchas otras personas. De ahí que los médicos forenses cuando registran una muerte “natural”, han acuñado el término de ‘muerto por la Ley Cien’, porque en realidad, fueron seres destruidos por el sistema de salud: y esa es otra forma de la violencia Estatal. Ya que es con el aval del des-Gobierno, que las EPS han convertido el sistema de salud en una industria de horror, contra la cual nadie ha pensado siquiera enfrentarse.

Por eso ya no importa siquiera calcular cuantos han muerto, o cuantos sobreviven (con secuelas), porque de todas maneras, para este sistema de salud, no existen muertos, sino índices de morbi-mortalidad...y no existen seres humanos, si no cotizantes.

Por Giovanni Vargas