viernes, 27 de julio de 2007

LOS TÉCNICOS II

El panorama de nuestro sistema de salud no puede ser más desolador: pacientes suplicando en las filas ser atendidos, funcionarios (disfrazados de salvadores) que impiden el acceso, y unos dirigentes que no se cansan de defender las bondades del Sistema de Salud del gobierno.

Lo oculto, es que el sistema busca una rentabilidad asesina, que no se detiene a reflexionar que esos puntos insaciables de eficiencia son profundamente antiéticos y contrarios a lo que es la relación entre humanos y su modo de curarse y tener bienestar. El olvido (que tienen dirigentes y funcionarios) de esta verdad tan elemental, se debe a una simple adaptación, al cómodo vivir que les ofrece este vil sistema, y a una aceptación sin escrúpulos de 'esas falsas bondades', que aún siguen proclamando sin pudor y con la mayor ignominia de que éste es el mejor de los sistemas, y que lo otro, sea lo que sea, es un sueño, una quimera irracional de movimientos sin norte.

Lo cierto es que defender la salud es algo quijotesco. Proclamar que la salud es el principal derecho del hombre por encima de la vida, la libertad, el trabajo y el patrimonio...¡es una locura! ¿pero de qué sirve la vida sin salud?

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