Me llamaron para asesorar una ONG que trabaja por la poblacion pobre de un sector extramural de Medellín (barrio 13 de noviembre). La persona que me recomendó, luego me preguntó que ¿Qué percibo del asunto y de la propuesta que me hicieron?
-Frente al asunto percibí lo siguiente: Vi un grupo de jóvenes profesionales entusiastas con muchos deseos de ayudar a la comunidad y que por ello ingresaron a una fundacion que se encarga de dar vivienda a los desprotegidos. Y que dicha fundacion desea "salirse" un poquito de su objeto y además de dar techo, quieren abordar otros problemas de la comunidad; que se tomó la desicion de enfrentar el problema de la salud -porque eso quiere la comunidad- y que la fundacion le delegó dicha tarea a esta comision de jóvenes.
Luego percibí que la propuesta que este grupo de jóvenes me hace es la de ayudarles a descifrar la resolucion de la problemática planteada por la comunidad en el tema de la salud. Finalmente percebí que la propuesta les gustó pero no era fácil de realizar...piensan entonces en un plan B: dictarle charlas a la comunidad. Les pregunté entonces: ¿Quieren dar charlas frente a los problemas o frente a la soluciones posibles? percibo que están más preparados para hablar de los problemas que de las soluciones...
Mi experiencia con las comunidades me permite aseverar que las comunidades no necesitan más charlas...ni que les llevemos la iluminacion (tal vez eso lo heredamos de los genes españoles)...sin embargo la comunidad es agradecida y recibirá cualquier cosa que le regalemos, nosotros los ilustrados (política de la vasenilla: hay que recibir lo que caiga)...sin embargo la comunidad ya tiene sobrediagnosticado el problema, ellos lo saben...y nosotros también, por eso es más fácil hablar del problema que de la solucion...¡Hay más problemólogos que solucionólogos, decía sabiamente Mafalda!
Suscribirse a:
Comentarios de la entrada (Atom)
No hay comentarios.:
Publicar un comentario